Mi mente maquina,
tu mirada es esquiva,
no dices mas que mentiras
y la razón se vuelve fugitiva.
La verdad pocas veces se dice,
tu sinceridad ya no existe,
nunca sabrás al momento,
todo lo que, por ti, siento.
Ya no siento nada,
tus encantos no me afectan,
pero la Luna de Granada
refugia a los que todavía aman.
Puede que la solución sea huir
y morir, para ti, aunque conociéndote,
quizás seas capaz de romper
hasta un corazón que ya no late.
Eres la piedra con la que siempre vuelvo a tropezar
y por mucho que intente levantarme,
querer, no siempre es poder.
No hay comentarios:
Publicar un comentario