En estas frías noches de invierno, donde el gélido viento se introduce a través de la ropa, recorriendo cada poro de nuestra piel, generando un escalofrío, que al unísono pide un poco de calor, me haces falta tu. Esta sensación reluce en esas noches oscuras y heladas, donde mi manta y las brasas candentes son el único refugio al saber que no estas. Mi mundo se agota, como el riachuelo que se congela al entrar el mes de Enero, que el frío hiela su agua, gota a gota. Mi corazón se vuelve ardiente ¿Qué está pasando? mientras en la habitación entras tu, alma libre, musa de musas que me abrazas con amor y con ternura. En este momento nuestros cuerpos se rozan, tu pelo me cubre, mis manos te tocan, tus labios me seducen y la razón me abandona. Me da igual el daño que me has hecho, pues, ahora mismo, tu cuerpo y el mio estan prietos, gozando de su calidez, sintiendo aquello que tuvimos, que forma parte del ayer. No me dejas un momento de reacción y sucumbo a tus encantos que me han hipnotizado, desde que escuchamos esa canción, la que encendió nuestra pasión... Toma mi vida, juega con ella, pues tus caprichos ya no me afectan. Tengo tu cuerpo anclado al mío y aunque te creas domadora he dejado de ser un crío para hacerme hombre, que he madurado, no soy el mismo y tus abrazos me conducen a mi paz, que hace tiempo que la necesito. Gracias por este momento, por esta velada y mi amistad sigue presente entre las estrellas que inundan la madrugada, que embellecen el cielo e iluminan estas oscuras noches de invierno.
He despertado, esta nevando y la nieve lo cubre todo. Creo que estoy viendo espectros, o solo es el reflejo que ejerce el fuego en mi figura, triste, ilusoria y deseosa de amor. Salgo de la calidez de mi chimenea y al mirar al cielo iluminado por un mar de estrellas, me cae un copo de nieve que al entrar en contacto con mi piel se funde. Me siento vivo, la calidez esta vigente en mi cuerpo indecente que hace tiempo que necesita de besos, abrazos y caricias que ya no tiene. Pero al derretirse la nieve, me doy cuenta de que sigo vivo y que lo que me hacia estar asi, deprimido, ya no esta presente.
Entro a la calidez de mi cabaña, donde me refugio de la civilización y de todo contacto humano, creando un ambiente de reflexión. Huele a madera barnizada, libreria vieja, chimenea y nieve. Retiro las brasas, cojo mi libro, me meto a la cama y comienza mi hibernación que mañana seguiré en este mismo sitio, donde pienso, donde vivo y leo todos mis libros.
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